Shure KSM8

Shure KSM8, un micrófono que con seguridad se abrirá camino en la larga lista de opciones actuales. Tuve la oportunidad de probar este micrófono en su acabo nickel. Como era de esperarse de parte de Shure, impecable construcción y acabados, algo que ya no se ve tan a menudo con tanto micrófono chino y cajas de cartón para guardar nuestros preciados tesoros. Para mí, este micrófono vendría siendo competencia del Telefunken M80 y el Neumann KMS 104/105, siendo el Telefunken el más abatido en esta contienda y teniendo en cuenta que el Neumann es un sistema de condensador. Seguro entrarían otros participantes, pero en mí caso particular se da entre estos tres micrófonos más un contendor adicional, el Shure SM7b.

Siento necesario aclarar, como siempre lo hago con aquellas personas que me piden comentarios acerca de X o Y equipo de audio, que no sufro de aquel mal del “como ya lo compré, me tiene que gustar… ” ¿Qué tiene este micrófono que lo hace tan especial? En definitiva dos factores sobresalientes; el primero, es su respuesta en frecuencias medias altas, es sencillamente precioso, controlado y muy dulce. Nada doloroso en esta zona, lejos del Telefunken m80 y más cercano al Neumann, claramente más oscuro ya que estamos debatiendo dos sistemas completamente diferentes; su segundo gran punto a favor, es su mínimo efecto de proximidad el cual se convierte en un gran aliado en el momento de tenerlo en escenarios o grabaciones en bloque.

Por su precio vale mucho la pena agregar este micrófono a la colección. El Shure KSM8 tiene un alto nivel de salida, un sistema de cápsula Dualdyne y un sistema de estabilización de diafragma nuevo, que aún tiene sus patentes pendientes. Al investigar un poco más sobre esta tecnología de doble diafragma, Shure dijo que era el avance más significativo en la industria del micrófono dinámico en más de 50 años. Ahora bien, tengamos en cuenta que esto realmente puede ser cierto, sobretodo si proviene de este fabricante que de seguro tiene al menos dos productos en cada estudio y escenario del mundo.

Pero, ¿qué hace este segundo diafragma del Shure KSM8? Al final de la cápsula, en la parte inferior, existe un segundo diafragma ‘pasivo’ que conduce a un laberinto acústico. Éste está diseñado para retrasar la señal que proviene fuera de los ejes y afecta las bajas y altas frecuencias de una forma distinta, obteniendo como resultado un mejor rechazo del material que se encuentra fuera de eje, un menor efecto de proximidad y un menor cambio de tono cuando la fuente se ubica un poco fuera de eje… ¿les ha pasado?

Aunque de seguro este micrófono se convertirá en un elemento obligado en un rider técnico de cualquier artista, las aplicaciones en estudio son infinitas. Su sonido natural y dulce convierte al KSM8 en un micrófono fantástico para grabar, además de voces, elementos percusivos estridentes, desde un hi-hat o un güiro, el kick-in de un bombo o ese brass que a veces se vuelve doloroso y necesitamos controlar en medios altos. Sin duda alguna, el Shure KMS8 será uno de los micrófonos que formará parte de la lista de micrófonos de mi estudio.