La realidad del Mastering de audio
- Creado en Viernes, 01 Octubre 2010 16:46
- Escrito por Carlos Silva
El Mastering de audio es el último proceso en la cadena de producción musical de audio y, sin ser el más importante, es el que carga mayor responsabilidad. Es la fase en el cual se revisa la mezcla, y basado en un criterio serio y experimentado por parte del ingeniero, se hace un proceso de ecualización, compresión y limitación, para llegar a un sonido profesional acorde con las intenciones de producción y de la industria. No es obligatorio realizar todos estos procesos y sólo dependerá de la calidad de la producción, la grabación y la mezcla si se hacen o no.
Se ha malentendido en nuestra industria el proceso de Mastering como un proceso de “Maximización” de audio o de simplemente obtener volumen. Y de esta manera se ejecuta recurriendo a herramientas digitales en versiones software como lo son los limitadores maximizadores que con una picada en el “mouse”, el nivel promedio o volumen de la mezcla sube, engañando por completo al ingeniero en que ese nuevo nivel conseguido en efecto mejoró la mezcla. Lo más grave es que muchas veces el mismo ingeniero de mezcla, es quien luego de bastantes horas extenuantes de mezcla, con esa picada en el “mouse”, destruye por completo el trabajo ya alcanzado.
Mastering es un proceso que busca un diagnóstico acertado de la grabación, mezcla y producción. Basado en este, se toman las decisiones que vengan al caso. Por consiguiente lo más importante en un estudio de Mastering es su sistema de monitoreo, es decir, no sólo los altavoces con su respectiva amplificación sino el diseño acústico del recinto en matrimonio con el sistema. No tendría ningún sentido tener el mejor juego de altavoces en el ático de la casa, o por el contrario, un equipo de sonido convencional como sistema de monitoreo dentro de una sala acústicamente tratada.
Cualquier error en el sistema de monitoreo trae como consecuencia que toda decisión tomada va estar basada en una señal ficticia o irreal modificada, ya sea por el sistema o por la sala. Entonces no importa si se utiliza software o maquinaria de última tecnología para realizar procesos de ecualización, compresión y/o limitación, el máster final no va a funcionar, o por lo menos nunca va a llegar a su máximo nivel potencial en cuanto a calidad.
Siempre que se va a llevar a cabo un proceso de Mastering se deben buscar o perseguir tres elementos. En primer lugar, una perspectiva nueva. El ingeniero de grabación y/o de mezcla es la persona menos indicada para hacer el proceso de Mastering. No porque no tengan las facultades o capacidades sino porque sus oídos y cerebros ya están contaminados con el sonido y porque luego de terminar la mezcla, ¿esta persona qué error podrá encontrar? o ¿qué mayor aporte puede hacer?
Los mejores artistas del mundo, que trabajan en los mejores estudios con los mejores ingenieros y los mejores productores, aún acuden a un estudio de Mastering para darle la puntada final a su producto. Aquí es donde nace la pregunta, ¿por qué hay gente dentro de nuestra industria que considera que no es indispensable acudir a un estudio profesional de Mastering? Pero por otro lado sí están esperando ser reconocidos con productos que no cumplen estándares de calidad internacional.
En segundo lugar debemos buscar experiencia, todo estudio de Mastering profesional debe tener a la disposición del cliente el material sobre el que ha trabajado en sus versiones anteriores y después de Mastering y, de esta manera, fundamentar su razón de ser. Un profundo análisis de la industria musical desde sus principios hasta nuestros días es indispensable para adquirir experiencia y criterio a la hora de masterizar. De esta manera se puede saber con exactitud qué suena bien, qué suena mal y qué funciona o no, para la industria del presente y/o del futuro, dependiendo naturalmente del estilo musical y de su producción e intención por supuesto.
No es lo mismo hacer un máster para música tropical que para rock, cada uno tiene sus exigencias como género para la industria. Por lo tanto no se es ingeniero de Mastering hasta que se es única y exclusivamente ingeniero de Mastering como lo dijo alguna vez Jackson B. Jackson.
Por último, debemos buscar que el estudio cuente con las herramientas necesarias para realizar este proceso a nivel de ecualización, compresión y limitación con su respectivo sistema de monitoreo. Un ingeniero puede contar con muy buen conocimiento, pero para poder llevar una mezcla a su máxima expresión debe contar con el equipamiento adecuado, donde los “plugins” o los procesos en sus versiones de software, nunca serán la herramienta adecuada en esta instancia de la producción musical. No quiere decir que estos procesos en versión software tengan mala calidad, de hecho, hay bastantes empresas serias que hacen software muy bueno a manera de emulación, pero una serie de líneas de código con una interfaz gráfica agradable, nunca podrán igualar una máquina física por donde la señal realmente está pasando y por donde realmente se está calentando de manera continua. El audio digital por más que se eleve la frecuencia de muestreo nunca será continuo en el tiempo.
En conclusión, el Mastering es el proceso de mayor responsabilidad, son los guardianes de la calidad del audio. En un mundo donde existe la compresión mp3, donde los estudios caseros son más comunes, es mayor la necesidad de que la gente que produce música, acuda a un estudio profesional de Mastering. Si el ingeniero de grabación, mezcla o el mismo productor musical comete un error, los Ingenieros de Mastering están ahí para salvarlos de ese error y ayudarlos a corregirlo, pero si el ingeniero de Mastering comete un error, ¿quién lo salva?
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